viernes, 23 de noviembre de 2012

VII


Me percibo único en la oportunidad de este latido
en las virtudes sencillas:
un paso
una bocanada de aire
un rayo de sol.
Se me ha concedido el don de la gracia atravesando sepulcros.

jueves, 22 de noviembre de 2012

La elegancia

Más que en el dictado celeste
o en el ejercicio cuidadoso de la espada
o el pincel

el hombre que yo amo se distingue en la elegancia
en la nobleza de ser siempre fiel escucha
del mandato de su corazón.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Mon amante a les vertus de l'eau - Victor Segalen

Francés
Mon amante a les vertus de l'eau : un sourire
clair, des gestes coulants, une voix pure &
chantant goutte à goutte.
Et quand parfois, -- malgré moi -- du feu
passe dans mon regard, elle sait comment
on l'attise en frémissant : eau jetée sur les
charbons rouges.

Mon eau vive, la voici répandue, toute, sur la
terre ! Elle glisse, elle me fuit ; -- & j'ai
soif, & je cours après elle.
De mes mains je fais une coupe. De mes deux
mains je l'étanche avec ivresse, je l'étreins,
je la porte à mes lèvres :
Et j'avale une poignée de boue.
Español
Mi amante tiene las virtudes del agua
una sonrisa clara, gestos fluidos,
una voz pura y cantarina gota por gota.
Y cuando a veces - a pesar mío - el fuego
pasa por mi mirada, ella sabe cómo
atizarlo temblorosamente, vertiendo agua
sobre las brasas incandescentes.

Mi agua vive: ¡Ahí está, derramada toda
sobre la tierra! Se desliza, me huye...
y yo tengo sed y corro detrás de ella.
Con mis manos formo una copa.
Con mi dos manos la sostengo embriagado,
la estrecho, me la llevo a mis labios:
y yo trago un puñado de barro.

La hoguera vikinga - Por Mafer Toro



Hace falta que vengas, Aryam
con un exacto y esos dedos de cirujano,
acróbata y cocinera
Que desprendas una a una las escaras
ya no edulcoradas
ni frías
ya sólo en forma de cicatriz
que una a una sean escrutadas,
desprendidas de su lugar habitual
para dejar la herida vida
sin palabra
(o silencio)
que la ampare
sin palabra (o silencio)
que me ampare.
La sabiduría de tus dedos: rasgándome
devuelves a mi
unas cuantas sílabas
para volver a hablar –por fin-
de la ceniza que arriba entre tus manos.

Travesía del amante




Habito las palabras pronunciadas
y los hilos del temor
al encuentro me arrojo cándida
cegada por tus resplandores

de lo intuido nos queda la advertencia
hendidura amplia y huella de tu cuerpo

a causa de las luces
no puede ser percibida la belleza
sino descubierta rauda
en las instancias del alma.