".عندي ثقه فيك عندي امل "
Tú y Yo sabemos que hay pesares que suceden a muchos años de
desórdenes vinculados a los trastornos del sueño. Que hay horas, rampas felices
hacia la bruma de las primeras luces, en las que nos esgrimimos preguntas que quizá
no tengan respuesta alguna.
¿Dónde se ha ido todo el amor?
El desorden viene con jaqueca.
Acudo, como acuden al templo los devotos, a las voces de tus
poetas.
Alzo una invocación desesperada que arroje a una muchacha,
al menos una, ataviada en una mirada
serena y gráciles costumbres.
Ella no te preguntará
nada, pero tendrá el poder de hacer que te preguntes tantas cosas como yo
hoy me pregunto.
Cubrirá tu sueño con cada uno de sus cabellos prendidos de
mirra.
Te hará imaginar frases que salen envueltas en nácar
de su boca corpórea.
Cada uno de sus pasos ligeros hará temblar todas tus tierras.
Yo quiero que su aliento venga cargado de sales y perfumes
de oriente y ya no te importe cuestionar la existencia de los Campos Elíseos
pues tu Cielo cristiano habrá hallado nombre.
Encontrarla cada vez será como regresar del viaje del héroe,
y, en una sola de sus miradas concedidas, habrás estado en todos los lugares.
Sus manos serán hábiles para el pan y la caricia; ojalá su
piel venga bañada por el sol, tostada como el trigo.
Así, ella desnuda no te deslumbrará y podrás escurrirte en sus
noches sin perder los hilos de tus propios pasos. Será el lugar el lugar del
refrigerio y tendrá el calor de la casa.
Espero saber de ella por tres cosas:
Para que veas alojado en el brillo de sus ojos persas el deseo
sincero de conocerte espléndido, floreciente.
Quiero beber con ella el té mientras en
cuerpo y alma reconozco reverente mis derrotas. Tendré que reconocer, incluso, que lo prepara mejor y será tan bella y aguda como una aguja de plata; yo no
podré ni haré ademán alguno de contrariarla.
Finalmente, rezo para que cargada de su
bondad y ternura, pueda decirme dónde se había perdido en ti todo el amor.