sábado, 30 de julio de 2011

Viajes

Son incontables

los pasos recorridos

serena en lo onírico

queda en la palabra.

Transcurso

Volvieron las gigantescas olas

esta vez movidas por un barco

también de proporciones inmensas

se daba la gran crecida del mar

negro y azul profundo de noche

nuestra casa de cristal

recibía una y otra vez

todos los embates


mis hijos aparecían

unas veces con extremidades

y otras sin ellas.

Pausa

Sí, es verdad

el poeta se detuvo

frente al mar

a contemplar silencios.

Idea de una Atlántida

De las profundidades

en mi apuro de respiro

me quedó este mareo

vista nublada

y ardor en la nariz.


Hagamos casa

donde nos corresponda.

viernes, 29 de julio de 2011

With love to Rothko: Un poema de Alejandro Oliveros.




Mark Rothko: Retrospectiva 1976


Entre los fondos verdosos
que se deslizaban como
musgo maligno a través del
pasaje de las primeras
telas, se presentía una
perspectiva de tristezas
y suicidios. Las sinuosas
formas celulares fueron
sumergidas por un vasto
horizonte de texturas
y colores. La sintaxis
del sueño convertida
en escombros, escenario
de tragedia, espacio
de retirada. Y siempre
la obsesión de convertir
toda referencia en mancha,
todo movimiento en suspenso,
en línea borrosa y aire.

Por el vértigo de la rampa,
en el descenso sin fin,
los azules se retiraban
frente a tierras y naranjas,
una fugaz presencia solar
desplazada por ocres y rojos,
ladrillos oscurecidos
por la fatiga y el insomnio,
el desgaste del valium
y la sed profunda. Hacia
un abismo invisible estaba
obligada la mirada, se
detenía, interrogando
el esplendor del verano
lacerante, mientras
la claridad se ausentaba
de los enormes lienzos
el día se reducía
en los planos sin salida
y en las paredes que giraban
y nos acercaban al horror
de una oscuridad sin pausa
y al ronco silencio del
vacío circular y sin aire.

Un domingo antes, oculto
en la helada soledad
del parque, te demoraba
la palidez sin retorno
que se extendía hacia aquel
Oregon de la infancia.
Durante esa tarde ventosa
de febrero, el negro se
extendió todo sobre
el blanco, como un cerco.
Un coro de criaturas
ciegas encapuchadas,
cada vez más cercanas
e insoportables. Podías
oírlas camino al estudio,
de espaldas al oeste perdido,
soñando la luz de Rusia
con ojo miope de aneurisma.
Un día más y pocas horas
de otra larga madrugada,
la navaja de afeitar,
las fidelidades de una
botella y un frasco
de somníferos para
desaparecer entre las aguas.

Lentamente aparecían
los tonos que desplazaron
a los rojos vinosos y
sangrientos. Sombras como un mar
de noche absoluta. Allí
estaban con su oscuridad
de espejos:negros y grises,
negros y blancos, negros. Hojas
de un árbol fulminado,
esquelas mortuorias en el
acrílico suspendido,
áreas reducidas y
precisas, tamaño apenas
para cubrir tu rostro
de judío atormentado,
para ocultar el viscoso
fluido cuando oscuramente
escapaba de tu venas.

(Alejandro Oliveros)

miércoles, 27 de julio de 2011

Fields of blooming




I used to remember

the exact path of glory of his lips

the complete way of a mouth

full of promises

poetry and heat.

Thoughts made of silk

embraced all his shapes,

both of my hands

used to trace

the entire figure

completely honored.

My knees used to feel

the burn of stone with hope

artistic hope.

Thought this hands were able

to sculpt a masterpiece.

I failed

did fall

did broke.


There are no longer

any artistic expectations,

I’m surprised I can’t recall

any frame of that face

I worshiped the first minute of my days

the face that used to calm me down

and drove me through sleep.


The sun has set

it’s been set long time ago

that light had to descend

I live and breathe and taste

all the shades of that simulated death.

I laugh now

and there’s no dissembled pain

all I wanted to share was:

this smile, these words and

this fist full of hope left

because I thought you could simply take it

or understand.

jueves, 21 de julio de 2011

Mark Bernes - Temnaya Noch

поетична драма


"-Canta Iván, como sabes que yo te cantaré
de manera que no comprenderás.
-¡Dime, dime muchacha!
¿Dónde está mi raciocinio?
¿Lo he perdido?
¿O lo escondiste en un abedul o en un álamo?
-En cuanto nos enamoramos florecieron los robles secos
en cuanto nos separamos se marchitaron los lirios
-¡Oh, Marichka mi dulce beldad, tan elegante!
Si hubiéramos tenido la suerte de amarnos, aunque sea un verano...
- Acuérdate de mí Iván, aunque sea dos veces cada día
si me acuerdo de ti siete veces cada hora.
La flor ha caído del manzano
desde muy pequeños nos hemos amado.
-¡Oh, fui al prado y allí estaba mi amada! ¿qué haces mi Marichka pelinegra?
¡Oh, Marichka! no te puedo olvidar..."


¿Recuerdas el primer día?

salada la carne en cubos

fue lentamente cocida hasta

alcanzar su punto tierno

en vasija de barro servida.

¿Recuerdas la vasija de barro?

con ambas manos la puse sobre tus muslos

y me senté frente a ti

descubrí en ese momento

la resonancia de tus palabras favoritas.

Pequeño cordero sacrificado para ti.

No bastó ni nuestra desnudez implicada en la inmensidad de los campos

ni las distancias recorridas por nuestros pies descalzos

fueron ignoradas nuestras danzas y ofrendas a los dioses

bajaron las aguas

y se llevaron mi vida.

Pequeño cordero sacrificado por ti.

¿Qué pasa con la muerte que ha sido impuesta mediante las aguas?

Aunque la gracia no nos haya sido concedida

durante suficiente tiempo como para ver juntos el paso de las estaciones

Así como te recuerdo yo

en cada destello del día

vuelve a recordarme amado mío

cuando seas testigo de los arrecifes

o de la luz.


domingo, 17 de julio de 2011

Fragmentos de la memoria


"Sabana, sabana, tierra que hace sudar y querer, parada con tanto rumbo, con agua y muerta de sed, una con mi alma en lo sola, una con Dios en la fe; sobre tu pecho desnudo yo me paro a responder."

viernes, 8 de julio de 2011

Laberinto


Diciembre 1976. Hay quienes entienden las implicaciones de una tragedia en diciembre. Vuelvo a soñar contigo, me molesta un poco. Recorremos pasillos enteros donde cuelga tu ropa mojada por la lluvia. Damos vueltas en la cama. Hacemos el amor mil veces (como al principio). Te pregunto si esperarás a que se seque la ropa y me dices que no puedes, que estás apurado. Compramos media cajetilla de Marlboro rojo. Le pido consejos al catire, le digo que no entiendo nada, total, ¿quién más podría entender algo así? Recuerdo una película sobre Dylan Thomas. Las pestañas del catire eran como plumas, mejor dicho, eran plumas. Me ofreció dos razones para justificar la tragedia; la primera realmente no la recuerdo y la segunda era una frase trillada y fastidiosa como: "la carne es débil". No se terminaba de secar la ropa, estabas ahí conmigo, explicándome que en los últimos días habías hecho cosas que no podías deshacer y yo no podría soportar. Son mil demonios que se debaten dentro y poco deben tener que ver contigo. La última vez me preguntaste por qué no debería guardarte ese tipo de respeto. Todavía no lo sé, en teoría sí, pero la respuesta sincera, honesta y cómoda no se manifiesta. Sigo esperando a que se seque la ropa. La lluvia no cesa. En serpenteos y fugas recorremos juntos los pasillos.