martes, 17 de abril de 2012

La contemplación


Me gustas en la discreción de tu margen

el observador es siempre observado

mientras ordena ideas y objetos

colocados azarosamente

alrededor del café de media tarde.

En el silencio y la cortesía de gestos orientales

que hemos ensayado hasta hacerlos costumbre

en el paso por donde yo paso

y la sutil reverencia del encuentro

Yo te advierto.

Mas llega el tono imperativo

que no necesita pétalos ni grandes galas

para abrirse paso hasta mí

temblor y pausa te advierto.

Pausa
voz
pausa.

Nos damos gota a gota

el claro fenómeno del reconocimiento.

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