lunes, 30 de abril de 2012

Poemas - Juan Sánchez Peláez







Transfiguración del amor



Ella, la heroína de los infiernos
Desenvuelve en el hombre
Virajes de la cabeza
Como los reyes en una postal.

En un pie la esquila de los niños
En mi boca una punta de sol frenético
Como la mancha dorada
En la muerte,
Como el mensaje de los paraísos
En las túnicas dormidas con libertad
Transforma el bosque en guante de ruiseñor
En uvas de nieve,
En la conspiración
Que mencionan sus manos.

El que barniza la sombra allá está el más puro enigma
Para esconderla en el interior del Océano
Las sienes devueltas al aire feérico
Bajo una playa trazó señales en el desencanto
Esperando el vértigo que fluía de esa crisis nupcial
O cada extravío entre bahías florecientes
En las oleadas que gravitan al alba
O una copa llameante a la izquierda para alcanzar el
Misterio.









Experiencias menos objetivas


a Henri Michaux


En todas las estaciones vomita mi cuerpo, la ansiedad de mi
cuerpo y mis nubes.

Máscara hechizada de mi albedrío, ¿quién lo sabía? Yo
descendí a los bosques primitivos de mi nostalgia, yo regresaba
triste y altivo como los conquistadores de la noche. El
crepúsculo adora la esclavitud de esta tierra desolada. Yo soy
mi propio ángel y mi único demonio. Y espero el
porvenir.

Pacientes trbajadores de un Wonderland embrionario: sois
demasiado escrupulosos para comprenderme. En un arroyo
vulcanizado, con la sandalia de oro de los desiertos, por la
puerta de coral de los infiernos estareis vosotros, con vuestro
código matrimonial, con leyes tiránicas, con las grullas del
horizonte.

Un fantasma -muy amable por cierto- mece suavemente mis
cabellos. Y su ternura de león estrangulado sobre la vía láctea
no volverá jamás.

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